Los días que llevamos en la República Democrática del Congo fueron una verdadera locura, mezcla de sentimientos, confusión, angustia y también sorpresa. Por momentos no entendemos nada, luego parece que sí. Durante horas no podemos creerlo, luego reconocemos que el mundo tiene muchas situaciones absurdas. En el medio, muchísima gente sufre, muy poca se enriquece de manera descomunal y no son pocos los que colaboran con su indiferencia.
Vamos a tratar de explicar lo que pasa en este extraño país, pero no es sencillo.
La historia del Congo está atravesada por luchas y muertes desde siempre. Para poder entender un poco sin irnos hasta el origen de los tiempos, hay que ir hasta el final de la «Segunda Guerra del Congo», el conflicto con más muertos desde la Segunda Guerra Mundial.
En 1999 se alcanzó un cese al fuego y desde entonces, aunque pasaron varios por el poder, todo quedó bastante parecido a como está hoy.
A grandes rasgos, el nivel de conflictividad en el Congo se divide en tres: paz, guerra y un solo punto intermedio: la ciudad de Goma, un oasis tenso en medio de la guerra.
El ejército congoleño mantiene la paz en todo el país menos en la zona este de la frontera con Uganda y Ruanda, donde hay guerra. El dominio de esa parte lo tienen las milicias armadas (algunas muy precarias y otras más fuertes que varios ejércitos del mundo).
La ciudad de Goma está rodeada de guerra pero el ejército local, con ayuda de la ONU, protege la ciudad para que las milicias no la tomen. Por eso, cada pocos días corre el rumor de que se va a complicar, pero casi nunca pasa.
¿Por qué pasa todo esto?
Por plata, como tantas veces. Congo es uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales. En su suelo hay cobre, oro, diamantes, cobalto, uranio, coltán y petróleo, por nombrar algunos. Entonces, muchos quieren dominar sus tierras. En el Congo operan milicias armadas financiadas por países y empresas extranjeras que extraen esos tesoros ilegalmente y los sacan mediante contrabando.
A cambio, dejan un país detenido en el tiempo, donde las muertes y los abusos de los derechos humanos son moneda corriente.
¿Ya miraste todo lo que publicamos en Instagram, Twitter, Facebook y YouTube?
Seguimos A la Vuelta del Congo!
A la Vuelta 